EL SÍNDROME DISEJECUTIVO

El síndrome disejecutivo (SD) es un conjunto de alteraciones cognitivas, emocionales y comportamentales, causadas por disfunción de las áreas prefrontales o de sus conexiones recíprocas con el resto del encéfalo. Sus principales manifestaciones son:

  • Dificultad para programar la conducta dirigida al logro de objetivos, con pérdida de capacidad para planificar, anticipar, monitorizar y supervisar el comportamiento.
  • Pérdida de eficiencia en la activación de los procesos cognitivos de mayor complejidad, que requieren adquisición de nuevos conceptos, flexibilidad cognitiva y razonamiento.
  • Enlentecimiento de la velocidad de procesamiento de la información y la velocidad de respuesta.
  • Alteración en el control de la atención voluntaria, con dificultades de atención sostenida, focalizada, alternante y dividida, junto con un incremento en la distraibilidad frente a estímulos irrelevantes.
  • Trastornos en la regulación de las respuestas emocionales, con frecuentes alteraciones de personalidad, deficiente control de los impulsos y dificultades para adaptarse a normas sociales.

El SD Suele estar originado por daño explícito del área prefrontal. La lesión de determinados núcleos grises subcorticales (caudado, globo pálido, sustancia negra, tálamo) o de los haces de fibras que conectan los restantes centros encefálicos con el área prefrontal también pueden contribuir a su aparición.

También se observan manifestaciones de este síndrome en numerosas patologías psiquiátricas y neuro psicológicas. De este modo, determinados cuadros psiquiátricos como la esquizofrenia o el trastorno obsesivo-compulsivo, en patologías neurológicas como la esclerosis múltiple o el Parkinson, es habitual la presencia de manifestaciones características del síndrome ejecutivos. En estos casos son habituales las alteraciones del control cognitivo y de la regulación emocional, con disminución sensible del rendimiento en las pruebas neuropsicológicas que evalúan el área prefrontal.

Por tanto, Las manifestaciones del SD son muy variadas, dependiendo de la localización y gravedad de las lesiones, pero siempre resultan alteradas las funciones de alto nivel reguladas por el área prefrontal, dificultando la resolución de problemas novedosos y complejos, así como el control y regulación de las emociones. La disfunción ejecutiva siempre produce alteraciones cognitivas y emocionales, a veces sutiles y en ocasiones muy graves, que impiden un adecuado control de la conducta dirigida a fines. La determinación de la gravedad de la disfunción del sistema ejecutivo aconseja realizar una evaluación más amplia que permita preparar los programas de rehabilitación neuropsicológica de un modo más eficiente, adaptado a las circunstancias de cada caso.

Sonia Arias. Psicóloga Clínica

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